Todos nos sentimos tristes a veces, pero la depresión es algo más que eso. Cuando una persona sufre depresión experimenta una pérdida de interés o disfrute ante actividades que generalmente son placenteras durante semanas, meses o incluso años. Esto interfiere en gran medida con las actividades diarias de la persona que la padece y puede provocar síntomas físicos.
La depresión está causada por una combinación de síntomas genéticos, biológicos, psicológicos y sociales. Las personas que tienen familiares que han sufrido depresión y aquellas que tienen una enfermedad crónica tienen un mayor riesgo de sufrirla. Además, cambios importantes en la vida de una persona, los traumas o el estrés también pueden desencadenarla. Otras veces no se puede identificar una causa concreta y su origen es más difuso.
¿En qué consiste el tratamiento psicológico para la depresión?
Gracias a la terapia cognitivo-conductual los pacientes aprenden a identificar y manejar pensamientos negativos y patrones de conducta que contribuyen a su depresión. Se trabajan las creencias inapropiadas y los comportamientos que hacen empeorar el estado de ánimo de la persona de forma que sus interacciones sociales vayan siendo progresivamente más positivas.
Los psicólogos podemos ayudar a las personas que padecen depresión a:
- Señalar los problemas de la vida que contribuyen a su depresión y ayudarles a entender qué aspectos de esos problemas pueden mejorar. También se trabaja para identificar metas realistas que les permitan mejorar su bienestar.
- Identificar patrones de pensamiento negativos que contribuyen a los sentimientos de desesperanza y desamparo que acompañan a la depresión.
- Explorar otros pensamientos y comportamientos aprendidos que crean problemas y contribuyen a la depresión.
- Ayudar a las personas a recuperar la sensación de control sobre sus vidas e incorporar, progresivamente, actividades agradables que incrementen la satisfacción.
La depresión puede afectar seriamente el funcionamiento de una persona en su vida social, laboral o académica. Pero las perspectivas de recuperación de una persona que busca ayuda profesional son muy buenas, con una terapia adecuada la persona puede volver a disfrutar de la vida.