Los niños con problemas emocionales o conductuales se caracterizan principalmente por un comportamiento significativamente diferente del de otros niños de su edad en dos dimensiones: la externalización y la internalización. Ambos patrones de comportamiento tienen consecuencias negativas sobre el rendimiento académico de los niños y sobre sus relaciones sociales.
Conductas externalizadas
Estos niños muestran un comportamiento bastante llamativo. En el aula, con sus profesores y compañeros, frecuentemente pueden mostrar las siguientes conductas:
- No se están quietos en sus sillas
- Hablan mucho y gritan
- Molestan a sus compañeros
- Se meten en peleas
- No prestan atención a sus profesores
- Discuten excesivamente
- Mienten
- Tienen rabietas
- Son excluidos de los juegos por sus compañeros
- Les cuesta seguir instrucciones
- No completan sus tareas
- No respetan las normas
Todas estas conductas representan un desafío para sus padres y profesores ya que es normal que mantengan frecuentes conflictos con las personas que les rodean. Además, raramente agradan a otros niños y les resulta difícil establecer relaciones de amistad.
Algunas veces se tiende a pensar que estos patrones de comportamiento son propios de una etapa y que según el niño vaya creciendo irán desapareciendo de forma que se convierta en un adulto con un funcionamiento normal. Pero las investigaciones indican lo contrario, según éstas un patrón de comportamiento antisocial temprano es un predictor de futuros problemas en la adolescencia o en la edad adulta como abandonos escolares, abuso de drogas y problemas legales.
Conductas internalizadas
Los niños que muestran este tipo de conductas no se comportan de una forma agresiva. Por el contrario, muestran poca interacción social con los demás y actúan de una forma retraída. No suelen jugar con otros niños y no tienen las habilidades sociales necesarias para hacer amigos y divertirse. Normalmente prefieren retirarse a su mundo interior ya que las interacciones sociales representan una fuente de miedos y ansiedad.
Como es de esperar estos niños no son molestos para sus profesores por lo que están en peligro de no ser identificados. En estas circunstancias se incrementa la probabilidad de que desarrollen con el tiempo problemas académicos u otros más graves como lesiones autoinflingidas y abusos de sustancias.
Referencia: www.education.com