La práctica del mindfulness (o atención plena) se asocia con beneficios a nivel emocional y ha ganado popularidad en los últimos años. Pero, ¿qué es? Mindfulness se define comúnmente como el acto de prestar atención al momento presente con una actitud abierta que nos facilita parar, respirar, observar y conectar con nuestra propia experiencia.
Actualmente disponemos de investigaciones científicas que indican los beneficios relacionados con la salud derivados de la práctica de mindfulness: un mejor funcionamiento del sistema inmunológico, una presión arterial más baja y un sueño más reparador. A nivel psicológico reduce los niveles de estrés y de ansiedad, mejora la concentración y disminuye la reactividad emocional.
En terapia, los psicólogos utilizamos la atención plena como una técnica que, asociada a otras, permite tratar algunos problemas psicológicos:
Sus efectos son positivos en los problemas relacionados con la depresión al ayudarnos a cambiar el ciclo de pensamientos negativos que habitualmente se produce en esta condición. Respecto a la ansiedad el mindfulness, junto con técnicas terapéuticas basadas en la aceptación, puede disminuir sus niveles al ayudarnos a ser conscientes de nuestras emociones, a experimentarlas sin fusionarnos con ellas, facilitándonos así aprender estrategias para manejar mejor experiencias emocionales negativas que nos pueden afectar en la relación que establecemos con nosotros mismos y con los demás.
Un aprendizaje a manos de un profesional y una práctica frecuente son elementos necesarios para poder obtener los beneficios que esta técnica nos ofrece.