¿Te resulta difícil conciliar el sueño? ¿Te cuesta en exceso despertarte por las mañanas? ¿Te levantas con la sensación de no haber dormido lo suficiente? Todos queremos dormir, pero muchas noches nos cuesta conseguir las siete u ocho horas de sueño recomendables. El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en la población.
En nuestra sociedad dormir bien puede parecer un lujo cuando en realidad es una necesidad. Un sueño de calidad y un nivel de bienestar general están muy relacionados; gracias al sueño el cerebro puede aprender y generar nuevos recuerdos. La falta de sueño se relaciona con accidentes de tráfico, bajo rendimiento académico o laboral y un bajo estado de ánimo. También aumenta la probabilidad de sufrir tensión arterial alta, enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad.
¿Cómo puede ayudar un/a psicólogo/a en casos de insomnio?
En algunos casos las personas desarrollan insomnio porque mantienen un patrón de conducta que interfiere con unos buenos hábitos respecto al sueño. En otros, las dificultades para dormir se relacionan con problemas psicológicos subyacentes como la ansiedad, el estrés o la depresión. El psicólogo puede ayudar a la persona que padece insomnio a cambiar algunas conductas y a gestionar pensamientos, sentimientos y emociones que pueden interferir con un sueño reparador. Además le puede enseñar formas de relajarse y calmar su mente.
El psicólogo indagará sobre rutinas y comportamientos relacionados con el momento de irse a dormir, de esta forma podrá identificar conductas que perjudican el sueño. Por ejemplo, si la persona acostumbra a realizar ejercicio a un ritmo alto antes de irse a dormir o ve la televisión en la cama le explicará cómo estos hábitos afectan a su descanso y le ayudará a encontrar alternativas.